18 de octubre de 2006

Sting ha grabado música con laúd. Se puede ver y escuchar algo aquí: http://www.youtube.com/watch?v=-2RkRjRCbSE Una obra sencilla, una técnica interpretativa poco ortodoxa, aunque más emotiva que muchas de las cosas a que nos tienen acostumbrados los profesionales del instrumento. Algunos especialistas lo critican: lo único positivo que le han visto es que hará nacer vocaciones. No sé. Lo que se oye no está mal del todo. Quizás la pieza, en sí misma, sea bastante aburrida.

Lo que parece claro es que el laúd antiguo -incluyo en esta denominación todos sus tipos: renacentista, barroco de diversos órdenes, archilaúdes, tiorbas, etc- es un instrumento que no ha perdido su poder de fascinación. Fue el rey de los altos salones durante siglos, hasta que fue destronado por el piano. Se escribió para él un extenso repertorio, que permanece aun hoy en gran parte desconocido. Posiblemente ahora nos encontramos al principio de su renacimiento, de su vuelta a la vida musical. No merecía el olvido, pero la gente se decantó por los progresos técnicos de los nuevos instrumentos. Ahora, cuando ya empezamos a sospechar que tales cosas no son lo más importante, nos volvemos hacia lo acústico.

El otro día, la gente de "El sombrero del alquimista", camino de un ensayo y cargados de instrumentos: guitarra, guitarra portuguesa, ney, saz, darbouka, pakaua (no sé si esto se escribirá así), etc, nos encontramos con un tipo que hace bandas sonoras para Canal Sur, alguien que se vale de máquinas y sonidos artificiales. Nos confesó su envidia, y nos dijo literalmente que le brillaban los ojos cada vez que veía un instrumento acústico. Y es que hacer música con un ordenador debe ser raro. Casi como no hacerla. La máquina es un mal músico que toca tus composiciones... Es, claro, un punto de vista personal, hay mucha gente haciendo así las cosas y los respeto.

Nos vemos.