24 de abril de 2009

LastFM2

Escribía yo hace poco que LastFM es un paraíso para los melómanos. Pues rectifico: ERA un paraíso para los melómanos. Las radios del citado sitio pasan a ser de pago en todo el mundo excepto en Reino Unido, EEUU y Alemania, donde según parece obtienen los suficientes beneficios por publicidad para que la cosa siga como estaba.
Hay que tener la cara de granito. Imaginad el asunto. Lanzan un sitio que se va construyendo poco a poco con las aportaciones de millones de usuarios, bajo la forma de comentarios, imágenes, etiquetas, páginas-wiki, canciones, etc, y cuando el sitio está montado le dicen a esos mismos usuarios que hay que pasar por taquilla.
Internet debería tener un libro de reclamaciones, y alguien que les cantara las cuarenta a este tipo de empresarios listillos. Pero no, se irán de rositas, y los sufridos usuarios, pues a buscar alternativas.
Por el momento no hay demasiadas. El archimentado Spotify está bien para escuchar, pero le falta el componente de red social y tiene una molesta publicidad que sin duda irá aumentando.
Pienso que lo que hacía interesante a LastFM no era otra cosa que el tema red social. La música tiene muchas posibilidades en ese sentido. Hacen falta sitios que no sean meros escaparates, sitios que estimulen las relaciones y la participación de los melómanos. LastFM ha señalado el camino. Ojalá que surjan pronto otras iniciativas similares y que no acaben "vendiéndose" a los de siempre y a lo de siempre, a los que solo ven en la música una mercancía.